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Jonathan Gómez Cantero
La zona norte y central de Europa tendrá
la misma cantidad de precipitaciones, pero
concentradas en los meses de otoño de
invierno. Esto supondrá que las cuencas de los
grandes ríos sufran frecuentes inundaciones y
de gran amplitud.
La disminución de las nevadas será intensa
para todas las zonas de Europa, y además,
con el aumento de la temperatura, la nieve
durará todavía menos en las cumbres debido
a las altas temperaturas del verano. De forma
que muchas zonas de alta montaña también
pasarán a sufrir estrés hídrico en los meses
estivales y los glaciares pueden desaparecer
hasta en un 50% tal y como hoy los conocemos.
El suministro de agua resultará afectado
cuando se produzcan las crecidas de los
ríos en el norte y noroeste de Europa, y las
sequías en el sur del continente.
Muchas llanuras inundables de la Europa
occidental se hallan ya superpobladas, lo
que hace difícil mejorar la protección contra
las crecidas. Como se ha mencionado ya,
la contaminación es un problema de gran
relevancia en numerosos ríos europeos. Un
clima más templado empeorará la calidad del
agua, particularmente, si se produce también
una disminución de la escorrentía como se
prevé, sin olvidar que los veranos más cálidos
harán aumentar la demanda de agua.
En definitiva, con un aumento de la
temperaturamedia de 2ºCveremos acentuados
los impactos estudiados hasta 2015.
Aumento de la temperatura de 4ºC
Para aumentos de la temperatura de 4 ó 5ºC
de media tendríamos un clima completamente
distinto. La zona sur de Europa sería similar al
norte de África durante todo el año. En verano,
las máximas temperaturas serían extremas
durante meses, por encima del nivel de riesgo
a la población, por lo que las olas de calor de
40ºC que conocemos hoy en día
(Fígura
48
)
,
sería la tónica frecuente de temperaturas
durante todos los meses de verano.
Puntualmente,cuando se sufrauna olade calor,
podríamos estar hablando de temperaturas
que ronden los 50ºC en muchas zonas del sur
y de 45ºC en zonas del norte del continente.
El clima de verano de ciudades como Madrid,
Alicante, Nápoles, Roma o Atenas sería
similar al que hoy en día se tiene en El Cairo
con temperaturas nocturnas extremadamente
altas.
Por otro lado, las precipitaciones se reducirían
hasta casi cero durante meses en muchas
zonas centrales y del sur de Europa de mayo
a octubre, concentrándose gran parte de
ellas en otoño e invierno. Además, debido a
que el agua del Mediterráneo se calentaría
mucho más, se producirían severas tormentas,
medicanes y otros fenómenos más propios de
la meteorología tropical que de la geografía
europea.
El norte de Europa también vería reducidas
Figura
48
: Aumenta el número de olas de
calor en el mundo. Fuente: La Vanguradia
(Agencia EFE).