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Desde 1950 se han observado cambios en
numerosos fenómenos meteorológicos y
climáticos extremos.
Es muy probable que el
número de días y noches fríos haya disminuido
y que el número de días y noches cálidos
haya aumentado a escala mundial incluyendo
gran parte de Europa, aumentando como
comentábamos anteriormente la frecuencia
de las olas de calor pero también la intensidad
de
las precipitaciones, que ahora aparecen
de forma mucho más severa.
En el siguiente capítulo veremos los impactos
concretos en Europa.
Al calentamiento global tampoco escapan los
océanos, otra prueba fehaciente del CC. Desde
1970 los primeros 75 metros de la superficie
de los océanos se ha calentado 0,13ºC
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. De esta
forma el calentamiento del océano domina
sobre el incremento de la energía almacenada
en el sistema climático que hemos visto líneas
atrás, y representa más del 90% de la energía
acumulada entre 1971 y 2010 en el planeta,
siendo los océanos los principales lugares
donde se está acumulando el calor.
A su vez, la disolución en el agua de parte del
creciente CO
2
de la atmósfera está provocando
una
mayor acidificación de ésta, y con ello, la
desaparición de especies de peces, corales, etc,
y la migración de otras que ahora pueden vivir
en nuevos espacios. Un dato poco conocido
es que aproximadamente la mitad del CO
2
que emitimos es absorbido por el agua. Este
fenómeno está provocando la pérdida de
biodiversidad.
La salinidad de los mares se está
alterando; algunas zonas se están
volviendo más salinas debido a que
sufren una mayor evaporación, mientras
que otras se están volviendo más dulces.
Estos cambios a su vez pueden suponer
Jonathan Gómez Cantero
Gráfico
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:
Anomalías de temperaturas sobre la superficie terrestre europea en
los últimos 2000 años (diferentes modelos numéricos). Fuente: globalwarmingart