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Jonathan Gómez Cantero
mundo rural y agrícola probablemente habrá
desaparecido en una parte no despreciable del
continente y en otras se habrá transformado
por completo adaptándose a las nuevas
condiciones.
Buena parte de lo que siempre fue el viejo
continente, con sus paisajes, su gastronomía,
sus tradiciones, los animales y las plantas
que lo habitan no existirán en 2050 gracias al
cambio climático. Sin embargo, es necesario
subrayar y repetir hasta la saciedad, que
la gravedad de los impactos y sobre todo, la
calidad de vida de la población de aquí a 2050
depende de decisiones y compromisos de este
momento histórico
(Figura
67
)
.