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en invierno. Por el contrario, hubo descensos
en la mitad sur de Europa
(Figura
17
)
. Este
fenómeno guarda una estrecha relación con
los cambios observados en los patrones de
precipitación y temperatura descritos líneas
atrás.
Otra consecuencia significativa del CC es
el aumento de los caudales extremos de los
ríos. Entre los años 1981 y 2000 se registraron
dos veces más caudales máximos que entre
1961 y 1980. Desde 1990, se han registrado
259 grandes inundaciones en Europa, de las
cuales el 64% de los casos se registraron a
partir del año 2000.
Precipitaciones extremas caídas en la región
alpina, en Alemania, Austria, Polonia, la
República Checa y Suiza produjeron las
inundaciones de mayores dimensiones
observadas en las cuencas fluviales del
Danubio y el Elba desde 1950. Cayeron más
de 400 milímetros de lluvia en algunas zonas
localizadas del 29 de mayo al 3 de junio. Sólo
en Austria, los meses de mayo y junio fueron
los más húmedos desde el comienzo de los
registros en 1858 y algunos ríos alcanzaron una
altura sin precedentes; en Passau (Alemania)
las aguas alcanzaron el nivel más alto desde
1501
(Figura
18)
.
Los suministros de agua para consumo
humano se han visto afectados por las
crecidas, tanto en el norte, como en el
noroeste de Europa; y por las sequías en el
sur del continente.
Otro problema de incuestionable relevancia
es la contaminación de muchos ríos que,
sumado al aumento de la temperatura, está
suponiendo el empeoramiento de la calidad de
las aguas. Además, veranos más cálidos, una
agricultura intensiva de regadío y modelos
turísticos de consumo intensivo de agua han
hecho aumentar su demanda de forma, a
todas luces, insostenible.
Figura
17
:
Modelización del cambio en el caudal anual de los ríos entre los periodos 1971–
1998 y 1900–1970. Fuente: Milly et al., 2005 y Agencia Europea del Medio Ambiente.
Jonathan Gómez Cantero